Samso, una isla de 44 millas cuadradas, escasamente poblada, autosuficiente en energía y neutra en carbono, que alguna vez fue un punto de encuentro para los vikingos, es un viaje ventoso de una hora en ferry desde el pueblo continental de Hou.

La nueva área boscosa, rodeada de campos de cereales, incluye antiguas granjas, donde los estudiantes podrán refugiarse en el mal tiempo, según la directora Anna Mattsson.

Cuando muchas escuelas danesas reabrieron en abril, la primera ministra Mette Frederiksen instó a los maestros a permitir el mayor tiempo posible al aire libre, como medida de precaución contra la propagación del virus. En Noruega, los funcionarios de educación y salud también recomendaron que las clases se realicen al aire libre.

De las casi 200 escuelas noruegas dispuestas a responder a una encuesta reciente realizada por los investigadores Ulrich Dettweiler y Gabriele Lauterbach, cuyos resultados aún no se han publicado, más de la mitad dijeron que habían comenzado a ofrecer más clases al aire libre. Los investigadores de Dinamarca dijeron que habían observado una tendencia similar.

Algunos países, incluída Alemania, tienen una tradición de jardines de infancia y preescolares al aire libre, que también han comenzado a imponerse en los Estados Unidos . La pandemia puede llevar a más países a experimentar con el modelo para estudiantes mayores.

Con educadores y legisladores de todo el mundo observando con interés la reapertura relativamente suave de Dinamarca, los defensores de la educación al aire libre dicen que esperan que la nueva aceptación del enfoque sobreviva a la pandemia.